Actividad Clínica

Maurizio Bufalini, un eminente de la medicina, afirmó en 1874: “[la experiencia clínica] se compone de dos elementos, de observar los hechos con precisión y claridad, y de examinar y descubrir diligentemente todas las relaciones y conexiones mutuas”.

Las super-especialidades en medicina (en menor medida en psicología sanitaria) y la introducción de los protocolos han distanciado, desde mi punto de vista, la lógica y el pensamiento clínico de la semiótica y el rigor originario.

Además, la incursión de disciplinas pseudocientíficas, las comunicaciones comerciales borderline y la actitud de algunos pacientes, a veces tocando al pensamiento mágico, han quitado importancia al razonamiento clínico, como base científica de las disciplinas empíricas.

Me gusta el razonamiento clínico y su rigor. El método diagnóstico se ha basado durante siglos en el observatio et ratio (observación y razonamiento). Sin embargo, el avance de las tecnologías nos ha proporcionado herramientas inimaginables hasta hace unas décadas, enriqueciendo la semiótica con múltiples variables fisiopatológicas.

Me especialicé en la evaluación instrumental (diagnóstica y para la rehabilitación psicofisiológica) de las alteraciones del sistema nervioso periférico.