Los barcos marítimos fueron responsables de la difusión de la Peste bubónica en todo el planeta entre el siglo V y el XIX, vehiculando la Yesinia pestis con las pulgas (Xenopsylla cheopis) de las ratas (Rattus rattus). El lazareto de Venecia, fue unas de las primeras medidas de higiene pública en la historia.
El transporte marítimo, tanto los cruceros, como las rutas comerciales y militares, han representado en la historia de la humanidad unas de las principales vías de difusión de enfermedades infecciosas. La peste de Atenas, entre 430 a.C. y 429 a.C. fue con mucha probabilidad causada por la difusión de un patógeno a través de las rutas de los barcos entre los puertos del mediterráneo. (aunque según Burke A. Cunha (2004) la peste de Atenas en realidad no fue realmente peste, sino fiebre tifoidea, viruela, o sarampión).
Durante los siglos XV y XVI, con el aumento de brotes de enfermedades como la peste bubónica y la lepra, los lazaretos se expandieron para incluir aislamiento y tratamiento. Estos lugares servían como hospitales para los enfermos, pero también como lugares de cuarentena para prevenir la propagación de la enfermedad. Los lazaretos se encontraban típicamente en áreas remotas o aisladas, como islas, penínsulas o áreas costeras, para mantener a los enfermos alejados de la población general.
El Lazareto de Venecia tiene una historia que se remonta al siglo XV, cuando Venecia era un importante centro comercial y portuario de Europa. Fue con mucha probabilidad el primer lazareto de la historia. Se construyó en la isla de Santa María di Nazareth en el medio de la laguna veneciana. Debido a su ubicación estratégica, el Lazareto de Venecia desempeñó un papel crucial en la prevención de la propagación de enfermedades contagiosas en toda Europa durante siglos. Además de tratar a los enfermos, también se utilizó para inspeccionar la carga de los barcos que llegaban a Venecia, contribuyendo así a proteger la ciudad de brotes epidémicos.